viernes, 15 de enero de 2010

El Movimiento en La Coruña: trabajos preliminares

El Movimiento no fue una cosa improvisada y espontánea. Espontáneo e improvisado fue, el grito de la conciencia nacional que venía reclamándolo hacía ya largo tiempo; pero el Movimiento tuvo, como es lógico y natural, sus causas inductoras y su período de gestación.

Las causas ya las hemos estudiado en la introducción a este libro, y en cuanto a la preparación del mismo, habremos de limitarnos a las ramificaciones que estos trabajos tuvieron en Galicia.

La labor de compenetración y acuerdo entre el elemento militar, comenzó en Galicia a raíz del triunfo electoral del F. P. Se manifestó primeramente en La Coruña, y de allí irradió a las demás guarniciones de la región, aunque en muchas ha llegado solamente a muy contados individuos, como veremos más tarde al hablar de cada una de las guarniciones en particular.

Iniciaron esta labor en la capital los capitanes de la G. C. D. Gumersindo Varela Paz y D. José Rañal Lorenzo, pertenecientes ambos a la Comandancia de La Coruña.

Acaso convocados por éstos, y en el Cuartel de la G. C. (debido tal vez a que había sido esta la más perseguida y atacada por los de la hoz y el martillo) empezaron a celebrarse, muy discretamente en un principio, las primeras reuniones a las que acudían los capitanes de las distintas armas y cuerpos de la guarnición (excepto los carabineros), y en las que tenían destacada representación los del Cuerpo Jurídico.

Presidía ordinariamente estas reuniones el comandante de Estado Mayor de la División Sr. Gutiérrez de Soto, y a ellas concurría también asiduamente el Capitán de Infantería destinado en Asalto Sr. Balaca, gran simpatizante de la idea que encarnaban los reunidos (1).

Puestos de acuerdo los representantes de las distintas armas y cuerpos, establecieron los correspondientes enlaces con las demás guarniciones de la Región, destacándose en esta labor varios oficiales del Ejército, el capitán de la G. C. Sr. Rañal, el Teniente del mismo Instituto Sr. González Rodríguez y el Sargento Santos.

Estos trabajos se dieron por terminados el día 18 de abril, fecha en que se esperaba una orden telefónica que, desgraciadamente y por causas entonces desconocidas, no llegó a recibirse.

¿Por qué no se recibió la orden convenida y previamente acordada?

En aquellos momentos, repetimos, todos lo ignoraban. En Coruña estaba al parecer todo perfectamente preparado; acuarteladas las tropas de la Guarnición; en sus puestos y arma al brazo las fuerzas de la G. C.; distribuidos los servicios, y tomadas las medidas para, con el menor gasto de vidas, poder conseguir los mejores resultados... (2) ¿Por qué no se recibió la orden?

Cabe pensar que el Gobierno de la República estuviese enterado por mil diversos conductos de que algo se tramaba (3), e hiciera en otras partes lo que sus representantes hicieron en La Coruña (4), parando de esta manera el golpe que ya entonces amenazaba.

Esto, sin embargo, no atenúa en manera alguna la deslealtad y la traición del Comandante D. Fernando Monasterio, conocida más tarde en La Coruña.

El Comandante Monasterio, que sólo referencias conocía de la noble conspiración de la capital gallega, se fue a Madrid, se entrevistó con Casares Quiroga y le entera de que en La Coruña, un grupo de Jefes y Oficiales conspira contra el Gobierno del F. P., descubriendo los nombres de las figuras más destacadas y consumando así la más cobarde traición a sus compañeros.

¡Cabe pensar que el Gobierno lo supiera por otros conductos; pero... es ciertísimo que no le ha faltado esta otra fuente de información, que pudo muy bien haber determinado la adopción de medidas que echaron por tierra las ilusiones y esperanzas, que un puñado de valientes habían puesto en redimir a su Patria!

(1) El pobre Capitán Balaca fue vilmente asesinado por los rojos el día 8 de septiembre de 1936 en Murcia, a donde fuera trasladado en mayo anterior por el sanguinario Ministro de la Guerra Casares Quiroga. Murió como un valiente, arengando al pelotón que iba a fusilarle y vitoreando a España y a Cristo Rey.

(2) Se había planeado incluso copar en el Gobierno, junto con el Gobernador, a los más destacados elementos de izquierdas, operación que había de ser dirigida por el Capitán Rañal, mientras el Capitán Varela y los Tenientes González, Aranguren y Santos Otero se apoderaban de otros edificios públicos.

(3) En todas partes; pero en Madrid sobre todo, hasta las cocineras hablaban en aquella época de que iba a estallar un movimiento.

(4) En Coruña, debido a una circunstancia que honra muy poco a un guardia de los que prestaban servicio en el Gobierno Civil y en el que se confiaba, el Gobernador descubrió en parte el complot y agotó sus precauciones redoblando la guardia del Gobierno (fuerzas de Asalto) y empleando incluso ametralladoras.

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Texto procedente de la obra del canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela, Revdo. P. D. Manuel Silva Ferreiro, Galicia y el Movimiento Nacional: paginas históricas, 1938.

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