domingo, 28 de febrero de 2010

Padrón: Comité del Frente Popular, asaltos, detenciones e incautación de dinamita

En el Ayuntamiento de Padrón, hubo también malos españoles que han contribuido a la sublevación marxista en España, dando a ella sus simpatías, cooperación y ayuda.

No importa que los hechos no hayan revestido aquí aquella forma inhumana y sangrienta que presentan en otras partes, ellos, los dirigentes del F. P. en Padrón, han puesto de su parte todo lo posible, para abrir el camino a las mayores licencias y hacer viables los crímenes mayores.

Conocido el levantamiento en África, se apresuran a nombrar un Comité revolucionario, llamado "Comité del Frente Popular", integrado por: Francisco Castaño Otero, Andrés Rey Baltar, Antoliano Correa, José Millares Gil, Jaime Caamaño, Ramón Piñeiro Romero (que actuaba como alcalde), Daniel Caamaño Eiras, Andrés García de la Riva y José Calvo (a) "Gordiño", en los cuales estaban representados los diversos partidos de izquierda.

Una de las primeras medidas de este Comité, fue ordenar la ocupación de la central Telefónica, y organizar partidas armadas que evitasen el orden, y guardasen las espaldas a los señores del Comité; dedican los días 18 y 19 a la requisa de armas que efectúan tanto entre particulares como en casas de venta (1), y proceden el día 20 al asalto de la casa de D. Benito Rodríguez López.

Ante la citada casa-vivienda, se presenta este día un grupo como de 50 a 60 hombres, provistos todos ellos de escopetas y armas cortas.

Del grupo se destacan unos cuantos (mientras los otros se sitúan en puntos estratégicos desde los cuales puedan dominar la casa) y acercándose a la puerta, intiman, en forma violenta, al dueño del inmueble, la entrega de todas las armas que tuviese en su poder. Se niega éste a la pretensión de los visitantes, y ellos entonces, sin nueva intimación, comienzan a lanzar contra la casa una verdadera granizada de balas, que obligan al Sr. Rodríguez López y familiares a buscar refugio en el interior.

El asedio se prolongaba; el número de atacantes crecía cada vez más, a medida que aumentaban también las amenazas que llegaban de afuera; dentro, lloraban las mujeres; y, los hombres, decidieron al fin entregar las armas, mediante promesa de respetar los asaltantes a todos los moradores de la vivienda.

No fue así sin embargo. Apenas se abrió la puerta, aquellos se abalanzaron sobre éstos, y detuvieron al Sr. Rodríguez, a un sobrino suyo D. Ramón Arijón Rodríguez, y al Teniente del Cuerpo de Inválidos D. David Montenegro y González, que disfrutaba en Padrón una licencia de 40 días, y era huésped de D. Benito en aquellos momentos.

Fuera ya de la casa los detenidos, tres (2) de los más significados en la partida del "Ministro" Vicente Fuentes -que era el Capitán de los asaltantes- dispararon sobre el sobrino del señor Rodríguez que a pesar de haber sido alcanzado por dos de los disparos, pudo huir, y escapar a la furia de sus perseguidores.

Las masas concentran entonces sus iras en los otros dos prisioneros, Sres. Rodríguez y Montenegro, y los conducen a la cárcel de Padrón, no sin haberles hecho objeto, en el trayecto, de toda clase de insultos, befas, maltratos y golpes.

Como había gente en abundancia -pues aparte de los indígenas, habían bajado de Santiago de 40 a 50 hombres, y de Boiro había llegado un camión cargado de escopeteros de aquel pueblo y Lousame- mientras unos conducían a Padrón a los detenidos y perseguían otros a Arijón Rodríguez, entraban los demás en la casa del Sr. Rodríguez López, destrozando por completo el mobiliario, y robando todo lo que era posible transportar individualmente: 600 pesetas; un reloj de oro; un rosario de oro; tres cadenas y una medalla de oro con orla de diamantes; una imagen de la Purísima; una sortija de oro con tres brillantes engarzados en platino, y otros muchos enseres en vajilla, mantelería, prendas de vestir, etc. etc. De la finca, se llevaron también, conejos, gallinas, palomas, maíz, trigo, salvados y otros cereales; un auto marca "Fiat" completamente nuevo, y otras cosas; pudiendo valuarse los desperfectos causados, en unas treinta mil pesetas.

La ciudad de Santiago, de donde los revolucionarios de Padrón recibían orientaciones, estaba ya completamente sometida al Ejército, y ellos, los de Padrón, galleaban todavía y se consideraban dueños de la situación. Prueba de esto es, el asalto llevado a cabo por uno de los grupos armados de la Villa, a la estación del ferrocarril en la tarde del día 22 de julio. Los asaltantes lograron apoderarse de un vagón de dinamita, que trasladaron al Ayuntamiento para, de allí, ser distribuida y mandada a diversos pueblos del Municipio.

¡No iban a poder utilizarla! Pronto fuerzas del Ejército han de ser aclamadas y vitoreadas, desde aquellas mismas ventanas y balcones que los pacíficos moradores de Padrón tuvieron herméticamente cerrados, como en señal de luto, durante los días de la pesadilla revolucionaria.

(1) De la tienda "Hijos de Francisco García", llevaron escopetas, pólvora, cápsulas para pistola y revólver, cartuchos de escopeta, linternas eléctricas, detonadores y mecha en abundancia.

(2) Eran estos: "El Dios", del lugar de Extramundi; Rogelio Riveiro (a) "Necho"; y el "Rosquete" de Pazos.

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Texto procedente de la obra del canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela, Revdo. P. D. Manuel Silva Ferreiro, Galicia y el Movimiento Nacional: paginas históricas, 1938.

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