jueves, 17 de junio de 2010

Pontevedra (Capital): detención del Gobernador; se declara el Estado de Guerra

Eran las siete y cuarto de la tarde del día 20 de julio, cuando el General Iglesias conminaba al Gobernador Civil a que se rindiese y resignase el mando, en el improrrogable plazo de cinco minutos.

El Gobernador resignó el mando inmediatamente; pero no abandonó el palacio del Gobierno. Había que ir a buscarle, y fue Sánchez Cantón el encargado de detener al que, momentos antes, era la primera autoridad de la provincia.

Sale el Capitán Sánchez Cantón con algunas fuerzas a cumplir este encargo, y es tiroteado desde el mismo Gobierno o sus inmediaciones. Sin baja alguna que lamentar, llega a las puertas del Gobierno, y allí encuentra ya al Gobernador acompañado por Bóveda, Pampín y algunas personas más. Entonces, dirigiéndose a él el Capitán le dice:

-Acompáñeme a la Comandancia Militar.

-¡Todo por la República! -repone el Gobernador.

-No, dice Sánchez Cantón: ¡Todo por España!

Luego en el momento de entregarse, aún le dice el Gobernador:

-Capitán: ¡Me salva Vd. la vida!

Y... -¡caso curioso!- el Capitán Sánchez Cantón, fue el encargado de quitársela, mandando el pelotón que le fusiló.

Detenido el Goberandor, y, a las siete y media de la tarde poco más o menos, el mismo Sánchez Cantón escoltado por una batería, sale a cumplir la misión de leer y hacer fijar el bando de guerra.

Los gritos de ¡Viva España! con que los artilleros salen del cuartel, son inmediatamente contestados por los rojos con nutridísimo tiroteo, que causa a la batería cinco bajas: dos Oficiales y tres soldados, heridos levemente todos ellos.

Desplegados los 60 hombres de la batería, disparan a su vez contra los revoltosos, entablándose una lucha de cuya profundidad da idea el hecho de que las fuerzas tardasen en recorre los dos o trescientos metros que median entre la Comandancia y la Casa-Ayuntamiento, más de media hora. ¡Tal era la resistencia que hacían los rojos, no conformes con perder, cuando tan acostumbrados estaban a ganar (1).

Contra el Ayuntamiento es necesario emplear una pieza, que sale mandada por el Capitán Jak Caruncho. Al primer cañonazo con granada de metralla en cero, y ante la amenaza de que el segundo sería hecho con rompedora, aparece por uno de los balcones una toalla en señal de rendición. Al punto los soldados se lanzan contra la Casa Consistorial, cogiendo un buen número de prisioneros, en un estratégico movimiento envolvente dirigido por el Capitán Casal (2).

(1) Tuvieron los revolucionarios en este choque, tres muertos y 38 heridos.

(2) Se apoderaron también en el Ayuntamiento de muchas armas y municiones.

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Texto procedente de la obra del canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela, Revdo. P. D. Manuel Silva Ferreiro, Galicia y el Movimiento Nacional: paginas históricas, 1938.

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